OSO, en su primer año de vida, va a ofrecer a un puñado de chavales de los pueblos de Ventorros, Zagra y Viñas de Granada, la oportunidad de sentirse solidarios y ayudar a chavales como ellos, que por desgracia viven una situación social muy diferente. Y lo mejor de todo es que para ello solo van a tener que DIVERTIRSE, bueno y de paso, aprender un poquito, que tampoco viene nada mal.
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Para el que se pregunte por qué esos pueblos y no otros, mataré su curiosidad diciéndole que todo empezó al contarle a mi hermana Cristina el proyecto que tenía en la cabeza. Ella de inmediato me sugirió la posibilidad de llevarlo a cabo en la parroquia de un amigo suyo, Nacho, que estaba de párroco en dichos pueblos. Evidentemente a mí no me pareció mala idea, así que lo comentamos con él y como parece que todos estábamos de acuerdo, OSO tuvo la fortuna de empezar su andadura en tan acogedor lugar.

Mi agradecimiento a:

• Cristina Méndez Serrano: Mi hermana que me facilitó el contacto con Nacho y no ha faltado a una sola sesión de OSO.
• Nacho Martínez Garzón: Amigo y párroco de los pueblos de Ventorros, Zagra y Viñas que ha puesto a disposición de OSO su casa y parroquia.
• Samuel Hervás Romero: Amigo, que al igual que mi hermana, ha colaborado como monitor, animando y ayudando a los niños en los talleres.
• Niñ@s de Ventorros, Zagra y Viñas: A todo los niños y niñas de dichos pueblos que han compartido la ilusión por el proyecto y lo han hecho realidad.
  
  
  Se han afanado en vender todo en los mercadillos. Para ello han diseñando estas pancartas, con las que han conseguido atraer clientela...
   
  
  
  Y nunca les ha faltado esta sonrisa...